Caluroso Saludo desde Afar

La arena se cuela por todos lados, y es imposible distinguir lo que hay enfrente de uno a solo unos centímetros de distancia, es una experiencia bastante intrigante el ver que el mundo que solo se escucha por medio de historias o que se lee por libros que hablan de tierras lejanas este frente a mis ojos. Afar en Etiopia, un pueblo que se levanta en medio del desierto donde los termómetros rara vez bajan de menos de 45 grados Celsius y donde la alegría de la gente que duerme en las noches a la intemperie se contagia, porque no hay otra forma mas de dormir cuando el calor es tan alto!.

Ya va a ser cerca de una semana de estar compartiendo mi vida en estos lados de la geografía mundial, la experiencia obtenida en Kenia y sus gentes prepara en cierto sentido, la crisis del idioma que se vuelve a sentir, la necesidad de decir mucho pero ir poco a poco para no quedar sin gasolina a medio camino, definitivamente, no se puede negar la afectividad y el amor de la gente de Kenia y la forma como me prepararon para llegar a este mi rincón.

Aquí comparto la vida con el Padre Peter Gevera, una persona bastante calmada y bastante entregada a la gente que se ha hecho querer por la mayoría Ortodoxa y Musulmana que es predominante por estas tierras, el calor sofocante de la tierra hace que la vida sea pausada y la sed nos recuerda que estamos si quererlo viviendo al borde de la deshidratación. Había escuchado a muchos hablar de esta misión, muchos no han estado de acuerdo por la cantidad y la forma de nuestro trabajo en estas latitudes, definitivamente, cuando uno se sienta en las tardes a hablar y sudar se siente el peso del dia a las espaldas, como se dice coloquialmente, y se siente que a pesar del cansancio y de la fatiga, vale la pena estar aquí.

Afar, que toma su nombre de las gente que puebla estas vecindades es una tierra que parece de otro planeta, en medio del desierto entre Djibouti y Etiopia, con geiseres naturales a 60 kms y un volcán activo(con lava y todo) a menos de 100 kms de distancia es mágico por sus gentes, por la forma como muchas personas lo han dejado todo para venirse y servir aquí, en medio de la nada como muchos lo dirían. Cada mañana mientras vamos hacia la misa saludamos a muchos pacientes de un hospital que han abierto las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, quienes son nuestras vecinas y a la vez nuestras animadoras en el trabajo en estas tierras, con un esfuerzo sobrehumano, atienden y sirven a mas de 120 personas que llegan a sus puertas al borde de la muerte por desnutrición y desihidratacion, de enfermedades letales como el SIDA y les brindan los medios necesarios para que salgan adelante.

El calor que se siente con intensidad es la oportunidad para dar gracias, para estar mas en contacto con quienes están lejos, esa es la magia del desierto, la soledad y la distancia son relativas al tamaño del corazón, y aquí el corazón se ensancha!...

Desde estas tierras como un niño que tiene que aprender a hablar y escribir, mis mas sinceros saludos y deseos de bienestar!

Leo, mxy