Volviendo a Casa!
Hace algunos meses cuando me encontraba en Etiopía viviendo entre el pueblo Afar del noreste de este país sentía aquella sensación que es común a todos los que nos vemos lejos de la tierra por algun tiempo, la ansiedad se hace visible, el aroma del café Etiope con su aromática belleza no satisface, los cariños de la gente que trata de comprender el idioma que uno no domina se hacen cada vez mas lejanos y se da uno cuenta, que cuando la fecha para partir se acerca, de igual forma se extraña el hogar que lo vio nacer a uno, aquel al que dijimos adiós cuando decidimos partir en esta aventura de dejarlo todo por aquel que nos ama mas alla de nuestros condicionamientos y vicisitudes. Ah, pero como hace falta el calor de familia, el sabor de las comidas, la voz de los viejos, el consejo y la palabra precisa de quienes han vivido mas que uno y que también lo han extrañado igual y hasta más de lo que uno llegase a imaginar.
Volver a casa se convierte en la alegría y en la posibilidad de recargar las baterías, de descubrir que la gente que uno dejó ha seguido su ritmo constante y han construido su futuro, viene y se adhiere uno a las tristezas de los que se han ido mientras no estábamos y a las preocupaciones de quienes tienen sus vidas mas complicadas, se entera uno de las noticias que alegran el corazón y que como dice Jairo Franco en Kenya, le ayudan a uno a seguir siempre arriba, siempre adelante.
Volver a casa es volver a ver el rostro de tantos amigos y familiares que han creido y se han arriesgado a hacer de su vida algo mejor, de quienes se han apoyado en otros y han logrado que los fines se encuentres (making ends meet, como dicen en ingles) osea, se han “bandeado” de la mejor manera, es definitivamente una experiencia genial compartir la vida y las experiencias con gente ávida por saber que lo motivo a uno a dejar un pueblo tan querido y tan bello como el de la tierra de uno.
Volver a casa es también una experiencia de revisar lo que se ha hecho desde afuera, ver que las travesías por el desierto tienen su sentido, que las tormentas de arena aunque terribles y oscuras son también un signo de esperanza para tantos que esperan una vida mejor, que el agua salobre de nuestras tierras africanas son dulces manantiales donde brotan nuevos vientos de cambio y reconciliación, de justicia y amor. Sí, en definitivamente es ver que uno dejó su casa para volver a casa, ¡qué encrucijada! Entiende uno verdaderamente que la mejor forma de quedarse es partir, así como se lo enseñan a uno los pueblos africanos, quien se va se queda, donde más se le quiere y se le extraña, en el corazón.
Volver a casa ha sido genial, me he visto con quienes han vuelto, lastimosamente algunos han partido para no volver pero no me deja triste, ellos y ellas están con nosotros, así como el testimonio del Obispo Gerardo Valencia nos deja hoy, quien como nuestro ancestro, se encuentra aquí, dándonos fuerza para darnos cuenta que lo que se ha dejado por aquellos que mas sufren no ha sido en vano, que una muerte trágica como la suya no nos amilana, sino que por el contrario, se nos convierte en testimonio de darnos cuenta que cada vez que somos capaces de mostrar a ese Jesús vivo que está presente en las culturas a las que llegamos ahí mismo se llega a casa!.
Su amigo y hermano,
Leo mxy
Hombre Leo,
ResponderEliminarque bien tus pensamientos, con todo lo que dices me identifico y lo he vivido...QUe bueno que has podido pasar un tiempo de descanso y recarga de baterias para la mision en tu casa...Y tienes razon por lo que entiendo ahora vuelves a tu "otra casa", que al final es la misma casa, pues el hogar esta donde esta el corazon...Saludes hermano y Dios te bendiga en esta otra etapa de la mision...Un abrazo!
N.B: A partir de hoy he agregado un enlace para tu blog en mi blog, apenas me di cuenta que no lo tenia, me disculpas por la demora, pues tu has tenido un gesto muy bacano hace dias al compartir mi espacio virtual en el tuyo...Te cuidas